Y es que si, los obispos llevan dos milenios sentándose en una silla tan especial que hasta tiene nombre propio “cátedra” (silla de los hombres sabios o trono en griego), los maestros de la universidad no habrían de ser menos. La cátedra es un símbolo de autoridad; de hecho, la Iglesia, reserva un día al año (22 de febrero) solamente para celebrar la “cátedra de san Pedro”), el primer Papa. Es el “trono” simbólico de la autoridad del obispo, y de su nombre viene precisamente la palabra “catedral”, iglesia en la que el obispo tiene su cátedra o trono.
Pero al mismo tiempo es el lugar desde el que el obispo enseña a los feligreses los dogmas de la fe: por eso el mundo del saber también empleó este elemento, junto con el púlpito, para denominar el espacio elevado para que todos vieran y oyeran desde el que impartir lecciones (también es la forma en la que la autoridad se demuestra hasta físicamente). Por eso cuando habla una persona de gran conocimiento y autoridad decimos que … ¡sienta cátedra!