¿Del Rey de Patones, al Rey de España?

¿Del Rey de Patones, al Rey de España?

¿Qué país es este en el que un ciudadano particular se puede dirigir al Rey empleando ese mismo título para sí, y -lo que es más curioso- a sus conciudadanos no les extraña? Pues este país es España, donde la quintaesencia de ese pensamiento, que hoy creemos locura, la encarna a la perfección El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.

Además de Cervantes, otros genios de la literatura como Francisco de Rojas Zorrilla con su obra “del Rey abajo ninguno”, o Lope de Vega en la archiconocida “Fuenteovejuna” plasmaron en sus obras esa actitud tan hidalga de David contra Goliat. Para entender de dónde nos vienen estas ínfulas tenemos que bucear en nuestro pasado hispano-romano, en concreto, en la forma en la que Roma administraba sus territorios. Este método de otorgar credenciales y tierras a las “gens” (tribus romanas), lo copiaron tal cual los visigodos, y lo desplegamos por toda la península ya como reinos cristianos durante los ocho siglos en los que se llevó a cabo la Reconquista, luego ¡es lógico que se nos haya quedado grabado en el ADN!

Curiosidades

¡Atento al suelo!


Menos llorar y rezar por el difunto, hoy en día la funeraria se encarga de todo. El proceso es tan distante que, al parecer, la muerte de un ser querido, desde el punto de vista psicológico, no se asume hasta pasado más de un mes.
Curiosidades

La ciudad para el bien común


La materialización del concepto “Ciudad de Dios” se nombró como elemento esencial en dos de los tres puntos de la declaración que valoró la UNESCO para inscribir la Universidad de Alcalá en la lista del Patrimonio Mundial.
Curiosidades

¿Por qué los españoles tenemos dos apellidos?


Algo que sin duda llama la atención sobre los españoles a todos los que no lo son, son nuestros dos apellidos, y además que no estamos dispuestos a renunciar a ninguno de ellos, sea cual sea nuestro estado civil, solteros, casados o viudos.
Curiosidades

Las reclamaciones al maestro armero... y el tiro por la culata


Ambas expresiones proceden de la Guerra de Sucesión (1701-14). momento en el que ya sabes que no solo estuvo en juego el futuro de España, sino el control de la hegemonía del Viejo y Nuevo Continente.