La más alta ocasión que vieron los siglos

La más alta ocasión que vieron los siglos

Siempre se ha asociado a Europa con una potencia colonial invasora que regía los designios del planeta. Pero esto no fue ni medianamente así hasta por lo menos el S.XIX; al contrario, Europa desde la caída del Imperio romano de occidente, fue un un gran territorio diezmado por las pestes, las guerras civiles, las guerras de religión, el cambio climático y otros acontecimientos varios.


Siempre se ha asociado a Europa con una potencia colonial invasora que regía los designios del planeta. Pero esto no fue ni medianamente así hasta por lo menos el S.XIX; al contrario, Europa desde la caída del Imperio romano de occidente, fue un un gran territorio diezmado por las pestes, las guerras civiles, las guerras de religión, el cambio climático y otros acontecimientos varios. La continua delimitación de fronteras y territorios además no había ayudado a construir identidades ni propias ni supranacionales. Por lo tanto, nos encontramos ante Europa debilitada que le dejó la puerta abierta de par en par a un Imperio otomano que llevaba 200 años hostigando sus fronteras por tierra y mar. Los Otomanos eran una de las tribus seminómada que como tantas otras procedían de Asia, pero que en este caso, a diferencia de los invasores bárbaros de los siglos IV y V, habían adoptado la religión musulmana. La Batalla de Lepanto, suponía, por tanto, un importante respiro frente a un a enemigo que pretendía imponer una forma de ver el mundo que a los europeos les había llevado mucho tiempo erradicar; donde lo de menos era la imposición de su fe. Los pueblos turcos basaban su sistema político en la ley del más fuerte, y este sistema como motor de prosperidad ya sabemos todos que es poco estable. Utilizaban como fuerza motriz de su economía la misma que años antes enriqueció al imperio romano, el tráfico y la esclavidtud de personas. Para que te hagas una idea de la ferocidad de estos aguerridos turcos, te contaremos que entre el 1 y el 3% de la población española fue capturada por los corsarios berberiscos y fue esclavizada o permaneció durante un tiempo cautiva en el norte de África, hasta que se pagaba el rescate –¡bien lo sabia Cervantes!–. Sabemos también que en el norte de Europa, durante la mitad del siglo XV y principios del XVIII, más de dos millones de eslavos fueron desprovistos de su libertad y llevados a Estambul. Allí, ejercito, piratas y comerciantes trabajaban a la limón para exhibir la mejor mercancia.
¡¡¿Quién dijo qué la escalvitud era solo una cuestión de personas de tez morena?!!

Curiosidades

¿Sabías que para los Reyes Visigodos era muy importante que no les "tomaran el pelo"?


En la España visigoda, al menos, el pelo largo era un distintivo real y la parte del cuerpo de la que se suponía que “emanaba” el poder real. En las luchas y escaramuzas de la época, una forma común en la España visigoda de destronar a un monarca e inhabilitarle de por vida para el mando era afeitarle la cabeza, ¡menuda afrenta!
Curiosidades

¿Era Al-Andalús algo más que un cuento de las mil y una noches?


¿Cómo es posible que un señor nacido en territorio musulmán sea santo, viva en el Madrid árabe, y salga a trabajar a un pueblo, este sí, en territorio cristiano? Curioso ¿verdad?, sobre todo si como a nosotros te enseñaron la historia en términos dicotómicos: “o cristianos o musulmanes”.
Curiosidades

Hacer pan con unas tortas


Es difícil que empieces la visita sin que el guía explique los daños sufridos en la Guerra de la Independencia y por la desamortización de Mendizábal.
Curiosidades

Los espacios y los protagonistas que nunca faltaban en las antiguas películas de vaqueros


Nuevo Baztán ha sido escenario de numerosas películas, la mayoría de ellas del Oeste. Y es que, este tipo de poblado en piedra, encarna perfectamente la idea de rancho norteamericano que salían en tantos westerns. Por otra parte, el cine nos permite también entender cómo era la vida en aquellos explotaciones agropecuarias, donde vivían sabios ancianos de origen hispano, con bellas hijas casaderas, capataces de turbias intenciones y religiosos buenos, que cobijaban a los indios apaches. Lo identificas, ¿verdad?