Con la llegada de Felipe V y la dinastía Borbón en 1700 a la Corona española se produce una fusión estética entre lo español y lo francés, siendo la Corona la primera que exhibe estas nuevas modas en el ámbito del ocio.
Para el disfrute de sus majestades el agua era un elemento imprescindible, quizás por eso encontraron en el vecino pueblo de Aranjuez su paraiso cortesano, donde confluyen los ríos, Tajo y Jarama. Esta frondosa vega cuenta con una gran variedad de escenarios naturales de extraordinaria belleza, paseos arbolados, jardines, sotos y el sonido constante del agua sirvieron de inspiraron a genios del entretenimiento musical como Farinelli o Boccherini. Las fiestas en el agua llegaron a alcanzar tal nivel de popularidad que animaron a los vecinos de la zona a crear nuevas expresiones festivas, incluso en el ámbito religioso. La mejor muestra de ello es, sin duda, la procesión fluvial de la Virgen de la Alarilla, que con una tradición de más de 150 años, tiene lugar una vez al año en Fuentidueña de Tajo. La singular romería está declarada como Bien de Interés Turístico por la Comunidad de Madrid, y nos apostamos lo que quieras a que nunca has visto nada igual. Apunta, segundo fin de semana de septiembre ¡No te la puedes perder!
¡Una procesión – esta sí – pasa por agua!
¡Una procesión – esta sí – pasa por agua!
La procesión fluvial de la Virgen de la Alarilla tiene lugar una vez al año en Fuentidueña de Tajo ¡nos apostamos lo que quieras a que nunca has visto nada igual!