¿Pero qué quiere decir esto?, pues que Alcalá de Henares fue la primera ciudad en el mundo que materializó el concepto de ciudad del conocimiento, acuñado por San Agustín de Hipona en el S.V.
La Ciudad de Dios, es, paradójicamente también, el título de una película brasileña dirigida en 2002 por Fernando Merirelles. En esta, se describe la dureza de la vida en una de las favelas más grandes de Río de Janeiro, donde la droga se interpuso en los intentos de convertir este entorno en la ciudad ideal. «Lucha y nunca sobrevivirás. Corre y nunca escaparás…», era el slogan de la película y refleja a la perfección la vida en Cidade de Deus. La oscarizada película de Meirelles retrata la época en la que las drogas emergieron de manera súbita por todo el planeta, arrasando todo a su paso, especialmente en las zonas pobres donde este mercado creó un nuevo poder paralelo. Esa lucha por una nueva jerarquía social sigue a día de hoy causando infinita miseria. Pero entonces ¿qué tienen en común la Roma de final del Imperio y la Favela brasileña? Pues la batalla descarnada por el poder, que anula cualquier tipo de sistema edificante y justo. En palabras de San Agustín- ambas son ciudades de la “Infelicidad eterna…donde el hombre edifica sobre arena..” A diferencia de aquellos espacios como la Universidad de Alcalá de Henares y toda su urbanismo universitarios, cuya construcción se basó en la búsqueda del conocimiento, la sabiduría y la virtud como única fórmula para trabajar por el bien común.