¿Del Rey de Patones, al Rey de España?

¿Del Rey de Patones, al Rey de España?

¿Qué país es este en el que un ciudadano particular se puede dirigir al Rey empleando ese mismo título para sí, y -lo que es más curioso- a sus conciudadanos no les extraña? Pues este país es España, donde la quintaesencia de ese pensamiento, que hoy creemos locura, la encarna a la perfección El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.

Además de Cervantes, otros genios de la literatura como Francisco de Rojas Zorrilla con su obra “del Rey abajo ninguno”, o Lope de Vega en la archiconocida “Fuenteovejuna” plasmaron en sus obras esa actitud tan hidalga de David contra Goliat. Para entender de dónde nos vienen estas ínfulas tenemos que bucear en nuestro pasado hispano-romano, en concreto, en la forma en la que Roma administraba sus territorios. Este método de otorgar credenciales y tierras a las “gens” (tribus romanas), lo copiaron tal cual los visigodos, y lo desplegamos por toda la península ya como reinos cristianos durante los ocho siglos en los que se llevó a cabo la Reconquista, luego ¡es lógico que se nos haya quedado grabado en el ADN!

Curiosidades

¡Atento al suelo!


Menos llorar y rezar por el difunto, hoy en día la funeraria se encarga de todo. El proceso es tan distante que, al parecer, la muerte de un ser querido, desde el punto de vista psicológico, no se asume hasta pasado más de un mes.
Curiosidades

Los caballos de Hispania, los Fórmula 1 del Imperio


Los caballos de Hispania se adquirían para los espectáculos de los grandes circos, incluido el Circo Máximo de Roma. En las afueras de Complutum, al noroeste, se encontraba un importante criadero de caballos que hoy conocemos como la Villa del Val.
Curiosidades

¿Sabías que para los Reyes Visigodos era muy importante que no les "tomaran el pelo"?


En la España visigoda, al menos, el pelo largo era un distintivo real y la parte del cuerpo de la que se suponía que “emanaba” el poder real. En las luchas y escaramuzas de la época, una forma común en la España visigoda de destronar a un monarca e inhabilitarle de por vida para el mando era afeitarle la cabeza, ¡menuda afrenta!
Curiosidades

¿Te has preguntado alguna vez de dónde viene el término Catedral?


La relación entre el mundo académico y el eclesiástico es una constante en Alcalá: ¡está hasta en las sillas!