Por este último proceso se vio afectado casi el 80% del patrimonio histórico español, que además incluía en la expropiación las tierras que permitían su mantenimiento.
El proceso desamortizador se desarrolló en varias fases. Lo inició Carlos III con la desamortización de los mayorazgos, -desposeyendo en gran medida a los nobles de sus antiguos privilegios- y se repitió varias veces en el siglo XIX con todos los considerados “bienes improductivos” por los teóricos del liberalismo.
Con lo que no contaron los desamortizadores en su afán de rentabilizarlo todo fue que gran parte de los bienes desamortizados fueron los pertenecientes a las únicas instituciones encargadas de la beneficencia: la Iglesia y de los municipios. Como ves, los ilustrados y los liberales abordaron estas reformas económicas desde un idealismo mercantilista alejado de la realidad, al final, por intentar resolver el problema de muchos lo que hicieron fue enriquecer a unos pocos , vamos que hicieron un pan con unas tortas. La Iglesia, por su parte, con menos medios, siguió ingeniandoselas para intentar resolver estas carencias de la sociedad, a través de cofradías, hermandades, roperos, la banca y sindicatos católicos.